Desde nuestro punto de vista del siglo XXI, normalmente pensamos que la automatización y los robots se concibieron a mediados o finales del siglo XX, que se desarrollaron aún más a principios de la década de 2000 y que se encuentran en un estado constante de evolución hacia la perfección (o distopía, según el punto de vista) en el momento actual. Sin embargo, la robótica moderna es una evolución de una idea de ayudantes automatizados que tiene sus raíces en la antigüedad.
Relojes de agua y primeros ejemplos de automatización (alrededor del año 4000 a. C.)
Los relojes de agua fueron uno de los primeros instrumentos de medición del tiempo y una de las primeras formas de automatización inventadas por los humanos. Dichos relojes existieron en el Medio Oriente, así como en Asia, quizás ya en el año 4000 a. C. También se los describe en textos grecorromanos. Por lo general, estos relojes transfieren líquido de un recipiente a otro con marcas calibradas en el tiempo, que muestran el transcurso del día.
Estos relojes de agua allanaron el camino para otras automatizaciones basadas en agua, que a menudo usaban el peso cambiante de los recipientes que transportaban agua para inducir el movimiento. Una automatización notable del agua del año 1100 d. C. fue la Fuente del Pavo Real en lo que ahora es Turquía. La boca de un pavo real vertía agua para lavar. Luego, los "sirvientes" en miniatura aparecían en secuencia para aplicar jabón y luego una toalla, todo con la energía del agua.
Ejemplo moderno: La proliferación de dispensadores automáticos de jabón
A partir de 2020, la sociedad se ha vuelto mucho más consciente del lavado de manos, sobre todo en la forma automatizada. Si bien en la antigüedad no tenían sensores PIR para abrir un grifo, activar un dispensador de jabón o un mecanismo de secado, es difícil pasar por alto el paralelismo entre la elaborada Fuente del Pavo Real y la automatización que a veces damos por sentado en los baños públicos.
Podría argumentar que estos implementos modernos son un poco más avanzados en lo que respecta a automatización, en comparación con la fuente de antaño, pero tal vez la tecnología esté en el nivel apropiado para la tarea en particular. Por otro lado, se podría ver la funcionalidad de IoT implementada aquí para notificar al personal de mantenimiento cuando se agoten los consumibles o cuando haya un problema mecánico.
Mecanismo de Anticitera (alrededor del año 150 a. C.)
El Mecanismo de Anticitera fue descubierto frente a la isla griega de Anticitera en 1901, y es tan avanzado que al principio se pensó que era falso. Si bien solo se recuperó una parte de este sistema, los 30 engranajes de bronce del dispositivo se usaron para predecir el movimiento de los cuerpos celestes durante un largo período de tiempo, y se han construido réplicas modernas de diferentes formas.
Los antiguos griegos, incluido el genio inventor y matemático Arquímedes (cuya muerte aprox. en el año 212 a. C. lo ubica cerca de las estimaciones más antiguas de la construcción del Mecanismo de Anticitera), estaban fascinados con la automatización. Sus leyendas están llenas de curiosidades mecánicas, tanto que puede ser difícil separar la realidad de la ficción. Por ejemplo, Talos, un gigantesco robot de sangre de metal líquido que arroja piedras era ciertamente ficticio, y la descripción del poeta Píndaro del siglo V a. C. de Rodas con figuras animadas en todas las calles públicas podría haber sido una exageración. Sin embargo, la existencia del Mecanismo de Anticitera indica que había algo de verdad en estas primeras descripciones de robots, aunque no siempre en la escala literal que se describía.
Ejemplo moderno: Asistentes virtuales e inquietudes sobre la cadena de suministro
La automatización en el sentido de procesar datos ha avanzado mucho más rápido que las automatizaciones físicas que se asemejan a androides. Se podría notar que Alexa, Google Home y Siri son muy comunes en los hogares, mientras que los asistentes para las tareas del hogar por lo general se limitan a la ocasional aspiradora Roomba.
Teniendo en cuenta lo que se necesitaría para fabricar el Mecanismo de Anticitera, está claro que lo que se requería no era simplemente un genio singular como Arquímedes, o incluso un pequeño grupo que trabaje en conjunto para reflexionar sobre el mecanismo en sí, sino una colección completa de técnicas, herramientas y suministros de materiales desarrollados durante siglos de refinamiento. Nuestra tecnología moderna depende de una amplia cadena de suministro para fabricar componentes, desde el humilde rollo de papel higiénico hasta las computadoras más avanzadas. Como hemos visto en los últimos años, si esta cadena se rompiese o interrumpiera, la tecnología moderna rápidamente quedaría fuera de nuestro alcance.
Imprenta de Gutenberg (1454)
Antes de mediados del siglo XV, copiar un libro, o incluso un folleto, era una tarea que requería mucho trabajo. Como tales, los libros eran bastante únicos y, por lo tanto, el alcance de la información que contenían era limitado. Todo esto cambió en 1454 cuando Johannes Gutenberg le encontró un uso comercial a su imprenta de tipos móviles. Esta nueva técnica facilitó la capacidad de transferir información en grandes distancias físicas e incluso, en el tiempo, una revolución que hoy en día es difícil de apreciar.
Quizás no sea una coincidencia que el Renacimiento europeo se produjera en los años 1400 y 1500, con el auge del aprendizaje, la cultura y la ingeniería, lo que condujo a nuevos avances tecnológicos. Si bien no era una computadora en sí misma, se podría argumentar que las palabras impresas en cada hoja podían programarse moviendo el tipo.
Ejemplo moderno: Internet móvil y código abierto
Así como la Imprenta de Gutenberg fue un gran avance en el acceso a la información, hoy ya no tenemos que ir a una biblioteca o una librería para obtener medios físicos, sino que podemos acceder a ellos desde cualquiera de nuestros dispositivos. Se podría decir que esta era de la información bajo demanda comenzó con las conexiones dialup y las redes Ethernet por cable, lo cual ha evolucionado con rapidez hasta poder tener datos en nuestros teléfonos móviles. Ahora, literalmente, tenemos la información del mundo en la palma de nuestras manos.
Al mismo tiempo, ha habido un cambio filosófico hacia la tecnología de código abierto en ingeniería, donde los datos se comparten entre personas e industrias. Si bien no es apropiado en todas las situaciones, resulta muy útil poder ver una serie de diseños de otras personas y construir nuestros proyectos en función de esos datos. Los modernos éxitos de código abierto incluyen proyectos de software como Linux y KiCad, al igual que hardware de código abierto como las placas de desarrollo Arduino y la arquitectura RISC-V han ayudado a difundir la ingeniería a un público más amplio.
Relojes mecánicos más pequeños (siglo XIII a siglo XX)
Los relojes mecánicos comenzaron a aparecer en el año 1200, instalados en torres en Italia y, finalmente, en toda Europa. Tras siglos de avances, a mediados del siglo XX, los relojes mecánicos pasaron de ser del tamaño de una habitación a ser lo suficientemente pequeños como para usarlos como relojes pulsera.
Si bien ciertamente ha habido avances desde entonces, la llegada de los relojes electrónicos a fines del siglo XX significó poder contar con alternativas electrónicas económicas al tictac mecánico. También se podría argumentar que cualquier cosa más pequeña que algo fácilmente visible a la distancia de la muñeca no resulta práctica.
Ejemplo moderno: Reducción de la potencia de procesamiento, dispositivos portátiles inteligentes
La comparación obvia aquí es que las computadoras electrónicas, que alguna vez llenaron una habitación entera, finalmente se encogieron hasta el punto en que podían caber sobre o debajo de un escritorio, y ahora pueden vivir en nuestros bolsillos como un teléfono inteligente. Los relojes inteligentes brindan la funcionalidad de medición del tiempo de sus ancestros mecánicos y pueden contener una cantidad bastante impresionante de poder de cálculo por derecho propio. Las empresas incluso están comenzando a explorar los anillos inteligentes, aunque todavía es una tecnología bastante incipiente.
Mechanical Turk (1770)
Mechanical Turk fue una máquina de ajedrez creada por Wolfgang von Kempelen a fines del siglo XVIII. Con la apariencia de un hombre mecánico vestido con túnicas otomanas, fue capaz de competir inteligentemente con los humanos y ganarles. Incluso podría mantener una conversación usando un tablero de letras. El dispositivo fue muy popular en sus días, e incluso jugó al ajedrez con Benjamin Franklin y Napoleón Bonaparte.
Por supuesto, este dispositivo fue una brillante mentira. Se utilizaba una serie de controles de relojería para permitir que una persona dentro de su gabinete jugara al ajedrez manipulando los movimientos del personaje. Dado lo bien que resultó, la persona que estaba dentro debe haber sido muy hábil y buena para permanecer en un espacio confinado durante largos períodos de tiempo.
Ejemplo moderno: Amazon Mechanical Turk, precisión robótica
Si bien la verdadera automatización informática de las tareas de datos avanza todos los días, hay algunas tareas en las que aún se necesita la interacción humana. En este caso, puede utilizar una plataforma como Amazon Mechanical Turk (MTurk) para enviar estas tareas a personas a través de Internet. No es una gran exageración ver cómo esto se relaciona con la inteligencia original del artilugio original que juega ajedrez, derivada de un ser humano real a través de enlaces mecánicos.
Otro análogo moderno a Mechanical Turk es la cirugía asistida por robots. Si bien esto se podría resumir en "cirugía robótica", es importante tener en cuenta que el robot no toma las decisiones y, por lo general, es una extensión de alta precisión de las manos del cirujano. Dichos sistemas pueden incluir tecnología de reducción de temblores, lo que significa que las manipulaciones del cirujano pueden ser más precisas y estables que nunca. Podemos esperar que esta tecnología mejore en el futuro, tal vez hasta el punto en que un cirujano humano actúe más como un asesor, indicando la estrategia del robot mientras este hace cortes y realiza movimientos con una minuciosa precisión.
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Las innovaciones actuales son ecos del pasado
La década de 1800 trajo una serie de automatizaciones impresionantes, incluido el desarrollo continuo de máquinas herramientas de precisión, la energía de vapor y la electricidad. Esto marcaría el comienzo de la década de 1900, en la que la automatización práctica como la conocemos hoy echaría raíces, potenciada por la invención del transistor.
En el milenio actual, uno podría ver los teléfonos inteligentes fabricados en masa como la máxima expresión de nuestra tecnología. En un futuro cercano, es probable que veamos que el aprendizaje automático continuará madurando hasta que una máquina pueda "pensar" de una manera que se aproxime más a un ser humano, aunque nadie sabe cómo se desarrollará eso en última instancia.
Al igual que los antiguos griegos con sus leyendas de automatización, parece que todavía nos inspiramos en nuestras propias leyendas (es decir, ciencia ficción). Uno no puede dejar de notar la similitud entre los teléfonos celulares, los iPads y las pantallas portátiles y el mundo de un futuro lejano de Star Trek. De cara al futuro, tal vez veamos un humanoide útil, autos voladores o incluso, un sistema de autodiagnóstico que nos cure con poca o ninguna interacción humana —todos temas recurrentes populares de ciencia ficción.
Si bien estas ideas pueden parecer descabelladas, imagine decirle a alguien en 1980 que podría tener acceso a la información del mundo, en todo momento y desde la palma de la mano por unos 50 dólares al mes. Tal vez, ya estemos viviendo en el futuro.
